Daniel Ordóñez Hernández, conocido en el ámbito político como el "perdedor eterno", vuelve a estar en el centro de atención tras su cambio de bandera política de Acción Nacional (PAN) al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Hace tres años, Ordóñez intentó sin éxito ganar la alcaldía de Iztacalco representando al PAN, una contienda en la que los líderes del denominado cártel inmobiliario, quienes ejercen una influencia considerable en el partido a nivel local, jugaron un papel crucial en su desplazamiento. Esta situación lo llevó a buscar nuevas oportunidades en el espectro político.
Tras su traslado al PRD, Ordóñez Hernández se encuentra una vez más en la carrera por la alcaldía de Iztacalco, una jugada que muchos ven como un intento desesperado por revivir su carrera política. La decisión del PRD de apostar por Ordóñez surge en un momento en que el partido enfrenta una escasez de figuras prominentes capaces de liderar y ganar posiciones estratégicas. Este movimiento ha sido interpretado como un esfuerzo por parte del PRD para recuperar su influencia y presencia en una zona que, históricamente, ha sido competitiva para ellos.
La candidatura de Ordóñez por el PRD no ha estado exenta de controversias. A pesar de los esfuerzos de campaña, las encuestas recientes sugieren que sigue estando detrás de sus oponentes, una posición que refuerza la percepción de él como un candidato perpetuamente derrotado. Este panorama plantea interrogantes sobre la estrategia del PRD y su capacidad para posicionar a candidatos viables que puedan competir efectivamente contra los representantes de otros partidos.
La situación de Ordóñez Hernández es emblemática de los desafíos que enfrentan los políticos que cambian de afiliación partidaria en busca de éxito electoral. Mientras que algunos ven este cambio como una estrategia pragmática ante el cerrado control de ciertos grupos dentro de los partidos, otros lo critican como una falta de principios ideológicos. La capacidad de Ordóñez para superar su reputación y convencer a los votantes de Iztacalco se ha convertido en un tema de interés y especulación en el ámbito político.
El caso de Daniel Ordóñez Hernández subraya la dinámica cambiante y a menudo impredecible de la política local en México. A medida que se acercan las elecciones, tanto él como el PRD enfrentan el desafío de cambiar la narrativa y demostrar que son capaces de superar las adversidades y obtener un resultado favorable. Solo el tiempo dirá si Ordóñez logrará romper su racha de derrotas o si su candidatura será otro capítulo en la historia de sus intentos fallidos por obtener un cargo público.
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